DB Multiverse

DBM Universo 16: La unión de dos vidas

Escrito por Syl & Salagir

Adaptado por Alice

Cuando Vegetto entró en el cuerpo de Buu, tomó una decisión: mantener su escudo (U16) o liberarlo (U18). Esta es la historia de lo que sucedió después... A pesar de que Vegetto ha salvado el universo, Goku y Vegeta, quienes lo crearon, definitivamente han desaparecido...

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Parte 1 :12345678
Parte 2 :91011121314
Parte 3 :15161718192021222324
[Chapter Cover]
Parte 3, Capítulo 18.

Capítulo 4:
Vegetto contra la mafia universal

Parte 1

Traducido por Alice

Bulma daría a luz en dos semanas. Vegetto podía detectar ya el poder de su hijo, una niña (según la ecografía para el médico, o la resonancia del Ki para Vegetto), pero hasta ahora sus pataditas en el vientre no tenían ningún poder. Tanto mejor para la madre.

Vegetto se había ido desde hacía varios días, bien decidido a volver antes de la fecha fatídica. Buscaba en las profundidades de varios planetas un animal idiota que a veces se preguntaba si existía. Algunas misiones de los Kaioshin eran delirantes. Bah. El guerrero, no siendo del tipo de volver a casa después de ocho horas para una buena comida y una cama sedosa, trabajaba 24 horas al día con la esperanza de terminar más rápido.

No era como si su ausencia de unos pocos días pesase fuertemente sobre la Tierra.

...

¿No?

Goten se reía de su hermano mayor. Estaba en su escritorio, detrás de una pila de libros y cuadernos, así como un ordenador sobrecalentado.

Pero sobre todo, llevaba gafas.

“¡Cuatro ojos! ¡Cuatro oooojos!” decía el pequeño Goten.

“Ya vale, para, leo mucho y está lleno de letras pequeñas, eso cansa los ojos.”

“¡Gohan empollón! ¡Se pasa la vida detrás de un escritorio! ¡Se va a poner todo gordo!”

“En realidad, aunque no estoy trabajando mis músculos, mi cuerpo no cambia... Siempre tan como... Cuando el viejo Kaioshin aumentó mi fuerza...”

Gohan se quedó pensativo por un momento. ¡Entonces, de repente, sintió una fuerza, poderosa, y malévola!

Se levantó de golpe bajo la mirada inquisitiva de Goten. Pero la fuerza había desaparecido.

“¿Estoy soñando? Mi cabeza estaba en otro lugar, entonces quizás...”

Se sentó, aún desconfiado.

Si esta fuerza era real, entonces el mundo estaba en verdadero peligro.

Goten, que comenzaba a aburrirse, bajó las escaleras con la esperanza de encontrar un pastel en la cocina sin vigilancia.

Tras un rato, Gohan había vuelto a sus estudios, cuando volvió a sentir la fuerza desplegarse, ¡así como muchas más! ¡¡Unos brazos que venían de la ventana lo agarraron por detrás!

En el jardín, Goten sintió esta vez las fuerzas y se volvió para ver a grandes sombras maléficas donde estaba su madre. Se echó a volar a ras de suelo hacia ella.

“¡Mamá!” exclamó, cuando recibió una violenta patada que le hizo cambiar de dirección. Se convirtió en Super Saiyano y se volvió hacia el que le había atacado, dándole un gran puñetazo.

El extraterrestre, herido, escupió sangre y cayó al suelo, medio muerto. El muchacho volvió la cabeza en cólera. Una de las dos sombras se precipitó sobre él. Esquivó fácilmente su ataque y lo aplastó contra el suelo. El mayor de los alienígenas todavía estaba junto a su madre, que no se movía un pelo. Tenía varios brazos y unas garras terribles al final, aprisionando entre sus hojas a Chichi.

“¡Suelta a mamá o te mato!” gritó Goten con enojo.

Su hermano Gohan vino del cielo. Bueno, de la ventana de la casa. Tenía al final de cada brazo un cuerpo sin vida de un monstruo. Los dejó caer a su lado.

“Ya ves que no tienes ninguna oportunidad, dijo al último monstruo. Libérala y vete con tus amigos.”

El monstruo agarraba a su rehén. Miraba, impresionado, a su luchador más poderoso que, visiblemente, había sido derrotado fácilmente por el gran Saiyano.

“Meeee la llevo conmiiiigo...” dijo el monstruo.

Goten estaba a punto de abalanzarse sobre él, pero fue retenido por su hermano. Las garras estaban afiladas como cuchillas de afeitar y tocaban a su madre. ¡Ella no se movía por una buena razón! Debido a la garra bajo su garganta, Chichi ni siquiera se atrevía a hablar, por miedo a degollarse a sí misma removiéndose contra la afilada hoja.

Gohan tenía miedo de fallar. Tomó una inspiración profunda. Y cargó su energía...

El viento giró a su alrededor.

“Manteneros... Lejoooooos....” Dijo el monstruo cada vez más preocupado.

Para Gohan, el tiempo se ralentizó mientras corría a una velocidad lumínica hacia su madre. Se mantuvo concentrado, sobre todo para no entrar en pánico. El monstruo miró hacia donde él estaba un micro-segundo antes. Gohan tomó suavemente con sus dos manos la hoja debajo de la barbilla de su madre. No movió la mano que estaba más cerca del dedo del monstruo, y tiró de la otra, rompiendo la garra como un trozo de cristal de los más frágiles. Luego hizo lo mismo con otra, luego otra hasta que todos estuvieron rotas.

La primera garra aún no había tocado el suelo cuando se ocupó de la última. El monstruo había empezado a reaccionar, pero con Gohan como tope, seguía siendo muy lento. Trató de cerrar su puño.

Gohan tomó cada brazo y los abrió, sintiendo algunos músculos o huesos dislocarse en el proceso. Su madre no había tenido tiempo de reacción alguna, sino cerrar los ojos a causa del viento creado por su hijo. En cuando estuvo libre, la agarró y se fue volando para ponerla a salvo.

Chichi no vio más que a su hijo desaparecer de su vista, y se encontró levantada en el aire. Entonces oyó el sonido de las garras cayendo al suelo, y, finalmente, al monstruo gritando de dolor.

Lo había conseguido.

Gohan bajó un brazo y disparó una gran bola de energía hacia el monstruo, destruyéndolo por completo, y creando un pequeño cráter. Había concentrado bien su disparo.

Puso a su madre en el suelo, que se unió a un beatífico Goten.

“Oh, hijos míos... Dijo ella, tomándolos entre sus brazos, con una lágrima en el ojo... A pesar de su fuerza, había tenido más miedo por ellos que por ella.”

Gohan levantó la cabeza.

Es Trunks, dijo Goten, que reconocía la energía de su amigo. Él también había pasado a Super Saiyano, y su aura era por lo tanto detectable por toda la Tierra.

“Quédate aquí, Goten, le dijo su hermano. Junta a estos monstruos y vigílalos bien. No les dejes ningún beneficio de la duda, golpea al menor movimiento, y mantente en Super Saiyano.”

Se soltó del abrazo de su madre, y se echó a volar para ir a toda velocidad hacia la energía de Trunks, y hacia la Corporación Cápsula.

En cuestión de segundos estuvo allí. La enorme casa estaba parcialmente destruida.

“Oh, no…”

Más combates, sólo la energía de Trunks. Dio una vuelta alrededor del edificio y vio por un techo completamente destruido una habitación... ¡Con Bulma dentro, en la cama! Si aquellos monstruos habían hecho daño a una mujer embarazada y sin defensa...

Vio los cadáveres carbonizados de algunos extraterrestres en el jardín de la gran casa... Y Trunks en el centro de la habitación. No estaba sin defensa. Los muebles y algunas paredes estaban destruidos, pero otros seguían totalmente intactos. Gohan comprendió: La destrucción se extendía alrededor de un círculo. Trunks había creado un escudo que había protegido a su madre de una o más bolas de energía.

Trunks seguía allí, como paralizado, en Super Saiyano.

Gohan aterrizó delante de él.

“Bravo, Trunks... Has protegido valientemente a tu madre. Miró a Bulma, diez metros detrás de él. Le señaló con una sonrisa que estaba bien.”

“¡No, aún queda uno!” dijo Trunks manteniendo la concentración.

Gohan pasó directamente al modo precaución de nuevo. Se quedó quieto y trató de detectar a otro enemigo. El más fuerte del grupo que lo había atacado, efectivamente había sabido ocultar muy bien su presencia. Así que aquí también...

En una fracción de segundo, Gohan creó una bola de energía como una granada en su mano que envió a la derecha sin girarse. La bola explotó contra el resto de la pared, tocando al monstruo. Luego se arrojó sobre él y lo remató con un puñetazo bien dado.

Trunks comenzó entonces a respirar, y cayó de rodillas. Él no estaba acostumbrado a tal guerra de nervios y sus sentidos estaban mucho menos agudizados que los de Gohan, y además él no se había entrenado para detectar las fuerzas.

Los supervivientes eran demasiado poderosos para ser retenidos por una prisión, así que permanecieron bajo la supervisión constante de Gohan y Piccolo. Cuando uno de ellos trataba de decir una sola palabra, era electrificado por un ataque de los ojos o las antenas del namekiano. Piccolo era inflexible, y Gohan no decía nada. ¡Aquellos monstruos habían amenazado a su familia de todos modos!

Era evidente que aquellos guerreros estaban muy extrañados por haber sido derrotados tan fácilmente. Y tenían miedo de sus captores. Pero cuando llegó Vegetto, el miedo se convirtió en terror.

Porque la ira de Gohan sólo era comparable a la de su padre, cuyo odio se intensificaba por la culpa de haber dejado a su familia ser atacada en su ausencia.

“¿Quién os ha enviado aquí?” rugió el guerrero.

Uno de ellos respondió con la señal de silencio. Aquello no fue del agrado de Vegetto. Tiró una bola de energía, y murió instantáneamente.

“¿QUIÉN?”

Hizo falta la ayuda de Dende, y después la de los Kaioshins, para extraer información de aquella gente. Los Kaioshins interrogaron incluso a algunos que ya habían muerto, antes de que desapareciesen en el infierno...

Entre las entidades que le querían mal a Vegetto, había una especie de mafia interestelar, de la que un montón de ramas habían sufrido las buenas acciones del Saiyano al cuadrado.

El gran líder de aquel grupo, que era llamado el Don, había hecho una larga búsqueda extensa sobre ese Vegetto. Había utilizado muchos medios como videntes y otros remedios sobrenaturales. Después de largos meses dedicados a recopilar información, lo sabía por así decirlo todo. Sabía de Vegeta, de Kakarotto renombrado como Goku, supo que habían matado a Freezer, y luego a Cold y Cooler. Que esos dos últimos Saiyanos supervivientes se habían fusionado para luchar contra un monstruo todopoderoso.

Y que tenía dos familias. En la Tierra.

Una vez asegurado que el dios invencible estaba en una misión lejos de los suyos y durante mucho tiempo, envió a sus comandos de élite, cuya fuerza se acercaba a la del comando Ginyu, para hacer prisioneros a sus hijos, para tener una forma de presionarle.

Como Goku, Vegetto por su mera existencia ponía en peligro a la Tierra.

Una vez que la información fue obtenida, Vegetto mató sin piedad a los últimos supervivientes.

El Saiyano fusionado reflexionó sobre lo que debía hacer.

Ese Don tenía que pagar. Toda la mafia tenía que pagar.

Se teletransportó al planeta de los Kaioshins. En honor a su promesa, venía a consultarles.

“Va a volver a ocurrir, ¿no? dijo. Si no hago nada, van a atacar de nuevo.”

Los dos dioses no sabían qué decir. Aquello no hizo sino poner a Vegetto enojado.

“¡Está fuera de lugar que la Tierra y toda mi familia, en su mayoría humanos y débiles, sean el blanco de todos los idiotas del universo!” exclamó Vegetto.

“Y qué piensas hacer, dijo el viejo Kaioshin, que ya estaba pensando en lo peor. ¿Quieres luchar contra la mafia?” Sabes que están en todas partes, totalmente en todas partes.

“Que sean mil o un millón no cambia nada, dijo Vegetto dándoles la espalda. He matado ya a poblaciones enteras, mujeres y niños. Puedo hacerlo de nuevo.”

¡Los dos Kaioshins se sobresaltaron!

El antiguo Kaioshin del Este, comenzó a leer los pensamientos de Vegetto. Era algo que el viejo Kaioshin no podía hacer, una técnica poco común que había aparecido entre sus quince generaciones. Kibitoshin, por cortesía generalmente, no leía los pensamientos de sus invitados, lo hacía sólo con la gente que todavía conocía poco, para entenderlos mejor. Pero en ese momento se dijo que hacía falta entender la esencia del pensamiento del Saiyano fusionado. Porque no podía creer que propusiese realmente un genocidio.

“No sé qué hacer, pensaba en el fondo de sí Vegetto sin admitirlo. Todo lo que veo, es matar a millones de personas al azar. No quiero hacerlo. Encontradme una solución. No queréis que mate a millones de personas, ¿no es así?”

Eso era lo que Vegetto quería que entendieran. Era su manera, brusca, de pedir ayuda.

Kibitoshin tomó una inspiración y luego la palabra.

“Vegetto, todas las organizaciones tienen unos líderes en la parte superior, es a ellos a los que tienes que doblar, los otros seguirán.”

“Si los mato o los amenazo, nombrarán a otros.”

“Exacto, pero tú puedes hacerlo mucho mejor que eso. Tú puedes dejarles una impresión que nunca olvidarán. Nunca jamás, y sin ningún tipo de violencia. Porque tú eres Vegetto. Tú puedes hacerlo todo.”

“¿Ah, sí? ¿Y tú que propones?”

Kibitoshin dio un montón de ideas, con muchos detalles, divertido ante la idea del plan que estaban fermentando. Hablaron mucho tiempo hasta que Vegetto estuvo satisfecho, entonces los dioses fueron en persona a sacar de sus mentes, las nuevas informaciones que buscaban, a las almas de los hombres que habían atacado a la familia de Vegetto.

Un poco de investigación más tarde, sabían todo lo que querían, incluida la posición del Don.

Ilustración de :

Eiki       45

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