Los namekianos tenían el derecho de usar tales reliquias porque son un pueblo sabio, pero la
multiplicación de conjuntos en otros lugares es un problema.
Debemos evitar que esta
situación vuelva a ocurrir.
Debemos poner fin a las Bolas de Dragón.
Maestro Kaioshin, esto es lo que te
propongo...
El planeta Namek
conservará su creación. Esto es nuestra
propiedad.
La Tierra y Syba también
conservarán sus Bolas de Dragón. Este es nuestro legado.