Una vez que la barrera entre el mundo de los muertos y el de los vivos se rompió, el hielo que preservaba las almas se extendió en una gigantesca ola por toda la realidad del universo 20, aniquilando instantáneamente toda forma de vida en el universo.
Ninguna dimensión se salvó, ni siquiera el reino de los demonios...
Con la frontera hecha añicos, las almas ya no podían existir en el más allá, y todas las formas de creación simplemente fueron borradas, como si nunca hubieran existido...
Y en el ojo de la tormenta estaba el monstruo responsable de esta tragedia, el guerrero milenario de la locura destructiva...