Sin embargo, ni se me pasaba por la cabeza competir en esos torneos, siendo tan poderoso comparado a ellos.
Recorrí el mundo durante diez años, haciendo buenas migas con la gente, hasta que descubrí la Torre de Karin.
Los guardianes
de la torre me explicaron que el Duende Karin vivía en la cima y que podía ayudar a aquellos que fueran lo suficientemente atrevidos para llegar a encontrarle.